Ángel


"Crucé el miedo de las despedidas
y su vida me pasó de largo.
Hoy su recuerdo yace 
en el lecho amargo de mi corazón.
Tuve su eternidad entre mis manos
y la certeza de que el tiempo
jamás se lo llevaría.
No así, ni tan pronto.
No un Ángel, 
habiendo tantos demonios.
Hoy la vida se deshace en llanto,
el oxígeno se ahoga
y las palabras no encuentran voz
en ningún labio.
Cuando la muerte hace mella,
el cielo se oxida y el corazón
se derrama.
El tiempo aletarga el grito desgarrador
del silencio y el dolor nos apuñala.
 Hoy -otra vez- esa bruma, 
casi cartilaginosa, 
que empaña el ambiente.
 La vida se ha muerto 
-un poco-
pero no tu recuerdo,
ni tu alma
la que todavía nos late"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso! Cariños desde Argentina!
Barbara