Ojos de amplitud máxima


"Me mantuve oblicua a su mirada.
Parecía como si el cielo cobrase vida con su presencia
y la naturaleza migrara del gris al rojo,
pasando por todos los colores posibles.
Sus ojos lo contenían todo,
 hasta mi sonrisa y la eternidad.
Miraba con una amplitud máxima, 
como de niño, en un mundo adulterado por la edad.
Tenía tantos matices en la convexidad 
de aquellas dos esferas,
que no daba pie a la improvisación cromática.
Cuando se marchó lo entendí todo.
Aquel reguero de palabras (su sombra).
Tras sus pasos, el viento amontonaba estratégicamente
todas aquellas letras.
La calle se pobló de poemas.
Adoquines tatuados de poesía.
Al estornudar, las letras
volvieron a sus diccionarios
y yo a ésta
-no tan bonita-
realidad"

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