"Decide el tiempo
la caducidad de sus estambres.
El viento sabe a recuerdo.
Éramos frágiles en la cornisa
de sus labios.
Pero saltábamos
desde las nubes
sin miedo
a fenecer.
Todavía guardo
en mi ventrículo izquierdo,
aquel latido saltarín
que jugaba al escondite
-contigo-
siempre que
te tenía cerca"
la caducidad de sus estambres.
El viento sabe a recuerdo.
Éramos frágiles en la cornisa
de sus labios.
Pero saltábamos
desde las nubes
sin miedo
a fenecer.
Todavía guardo
en mi ventrículo izquierdo,
aquel latido saltarín
que jugaba al escondite
-contigo-
siempre que
te tenía cerca"
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