Cuando menos te lo esperas, va y alguien te sorprende con algo tan sencillo y especial como ésto.
Ayer, mientras practicaba con mis tintas, apareció mi aita con un sobre que llevaba mi nombre.
A estas alturas, con internet a la cabeza de los medios de comunicación, casi resulta impensable que alguien dedique una parte de su preciado tiempo a escribir aunque sea, cuatro líneas para felicitar la Navidad, pero esa carta, con destino mi CORAZÓN, contra todo pronóstico, prometía todo eso y mucho más.
Una postal navideña única y original. Nada de olentzeros, ni nieve, ni pinos, ni regalos, casi podría decir incluso que....nada de nada. Una frase reflexiva, directa y crítica. Una forma de entender la navidad que nos acerca a la realidad dándonos de bruces contra ella.
Quizás esta frase debería llegar a muchíma más gente porque evidencia de forma extraordinaria los valores que rigen esta sociedad, una sociedad infectada por la globalización, que no merece otro calificativo que el de CONSUMISTA.
3 comentarios:
La Navidad es sólo una víctima de lo que somos, o creemos que debemos ser. Una excusa como otra cualquiera. La disfrazan de felicidad que se compra.
La felicidad no tiene precio... siempre encontraremos fechas comerciales que además de llevarnos al consumismo nos quieren hacer creer que encontraremos la felicidad a través de ellas. Cuando en realidad, la felicidad está más cerca de nuestras narices de lo que creemos. Besos. Bonito blog.
Es la banalización de la navidad,un consumismo vestido de espiritualidad
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