"He volcado,
casi siempre
hacia los dos costados.
Mariposa de alambre,
forjada por las risas
y soldada a llantos
en el crepúsculo
-azul-
de mi primer asalto.
Pequeña,
frágil y risueña;
vibrante
vibrante
como la cuerda
de un violín
ó el ir y venir
de una melodía
sin fin.
La que nunca cae
-porque no lo cuenta-
y siempre vuela,
la que sonríe
mil veces
y otras dos mil
desespera.
La que llora,
la que se enfada,
la que se enfada,
la que grita
y la que tiembla;
la que se entristece,
la que se equivoca,
la que sufre
y se enamora.
La que habla
por no callar,
la que enloquece,
la que se hunde
y enmudece.
La que se desilusiona,
la que se detiene,
la que se detiene,
y la que de tanto
querer,
MUERE"
*En imagen, "autorretrato de una desconocida".
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