EL SAUCE Y LA ACACIA


"Describió
sin tacto alguno
una parábola sentimental
ascendente
con dulzura exquisita,
disfrazada de caricias
de terciopelo
y adrenalina
ante aquellos ojos
de mujer frágil
y divina.

Sólo ella,
de sensibilidad
extraordinaria,
advirtió
en aquel juego
de savias inyectadas,
la sensualidad
de aquel gesto
tan perfecto,
tan humano
y tan etéreo.

Ese amor imposible
entre la acacia
y el sauce
de los ojos
de mimbre.

Y cada tarde,
entre aromas
de ensueño,
los miraba extasiada
mientras
sus corazones
-de resina-
se derretían
al calor
de aquellas
manos verdes
que de tanto
querer,
sentían"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has hecho llorar y se me han ido las palabras. Solo puedo decir gracias,
Un beso

LEIRE dijo...

Gracias a ti....por esa sensibilidad tan especial que tan poca gente posee.

Mil besos de acacia