TRECE MARIPOSAS


"Tenía trece mariposas
en la retina
de aquella
esquelética mirada
que triplicaba
su grosor invisible
al contacto
de su lente
con el mar
de su hermosura.

Volaban
aprovechando
la corriente
de sus suspiros
de mujer frágil,
acordonada
a sus propios
miedos.

Mariposas de alambre
sin alas.

Reptiles
del silencio acomodado.

Pieles mudando
en busca
de la eternidad
del amor.

-Te quiero tanto-
dijo sin necesidad
de utilizar el diccionario,
y el tiempo
acristaló aquel espacio
de sensaciones infinitas.

Sin necesidad de labios
-habló ella-,
y se abrazó también
sin tacto
a la levedad
de su sonrisa
de diamante
extenso,
indivisible
y
exacto"

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