"Una vez fui un Ángel, o eso reclaman mis
estigmas in-visibles. A mi paso, la ciudad se desvestía de sombras y el
asfalto se teñía de añil, para no desentonar con el firmamento. Todo era
convexo, hasta la opacidad del abismo.
Caminaba sin pies, abriendo y cerrando círculos de aire -concéntricos-
que siempre terminaban en ti. Ahora soy yo la que distorsiona el
horizonte. La que ensambla las caricias a tu piel, de oxígeno. Hoy tu
eternidad se configura como uno más de mis puntos suspensivos, en los
que se sustenta, la posibilidad. Yo que un día fui, la enfermera del
cielo"
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