Libre de latidos


"Pude detener el tiempo cuando todavía era virgen, de necesidad.
Cuando las miradas no enturbiaban el paisaje, ni el tacto desestabilizaba el horizonte sobre el que se sitúan las cosas. Romper con el silencio estático de la inocencia, es quizás, el primer contacto con el que nos mutila la realidad. La primera bala, que se nos incrusta en el ventrículo. Agresiva y punzante. El primer agujero negro que se inserta para siempre en nuestro corazón. Pude detener el disparo. La bala. El tiempo. Pero no. El deseo. La sed. La necesidad de una piel distinta, me arrojaron al desastre. Ahora juego a desgastar los labios ajenos, en el desván de mis pensamientos. Ahogando mis ganas en la sed. Recortando el sentimiento a golpe de distancia. Evitando la tragedia. En este habitáculo, donde no me llegan los latidos"

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