NÖCHË DE BRÜJÄS
Ayer fue una de esas nöchës mágicas que te hacen sentir especial por el simple hecho de saber que estas vïvä.
Todo estaba en calma, no se oía ni un solo ruido. Si no fuera por el croar de las ranas juraría que mi presencia era la única en muchos kilómetros a la redonda.
Las ëstrëlläs y la lünä iluminaban el cïelö que a su vez estaba manchado por una especie de nebulosa blanquecina que le confería un aspecto especial y misterioso.
Muchas veces cuando miro al cïelö, imagino que tras esa oscuridad se esconde la figura de una brüjä que surca el cïelö sobre su escoba.
Me gusta creer que las brüjäs, lejos de ser meros personajes de cuento con nariz y barbilla respingona, son señoras elegantes, alegres y sabias, que viajan de aquí para allá sobre sus veloces escobas en busca de plantas con que preparar pócimas para echizarnos cada nöchë y ayudarnos a söñär. Porque sin ellas, el mundo de los süeñös dejaría de existir y con él, el mundo de los vivos.
Me gusta pensar que algún dia yo también seré una de ellas.Que surcaré el cïelö sobre mi escoba cada nöchë y ayudaré a que ese reino tan especial, EL REINO DE LOS SÜEÑÖS, siga creciendo y siendo el reino de cada uno de nosotros al caer la nöchë, cuando la razón duerme para dar paso a lo que guarda el subconsciente.
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1 comentario:
Brujas buenas... puede ser.
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