EL MUNDO SEGÚN GALEANO



Un hombre del pueblo Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

El mundo es eso- reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.

Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acercan, se enciende.

*Dedicado a Itziar, porque ella fue quien me lo enseñó y a mi tía MONTSE porque sé que Eduardo Galeano le encanta.

Y dedicado también a todas las personas que habitan el mundo, porque cada una brilla con luz propia y sin todas nuestras luces, el planeta tierra se apagaría.

No dejéis de brillar, pero sobre todo, con luz propia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ventana sobre la utopía
Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.
E. Galeano

si, lei, somos un mar de fueguitos y, hay fuegos que arden con tanta fuerza que encienden a quien se arrima y arden en los demás para siempre.

mil besos princesa linda
it

J. dijo...

Y hay incendios apasionados. También.

Nunca perder la pasión.

Utopía, utopía. Me ha gustado muchísimo también. Síp-It.

Besos

LEIRE dijo...

Es utópico vivir, pensando en la utopía, pero la necesitamos para luchar y caminar hacia adelante

Gracias SEÑORITA UTOPÏA

De acuerdo contigo tb javi, hay incendios tan apasionados que ni la mayor de las lluvias podría apagarlos.

Besos de fuego para los dos