LEIRE OLKOTZ, COSMOPOLITA Y TRANSPARENTE



El miércoles 8 de julio se inauguró en la Casa de Cultura la “primera exposición individual” de Leire Olkotz titulada “Con el lenguaje del alma”. La muestra, que ocupa la Sala La Rentería, ofrece fotografías, dibujos y poemas realizados en Latinoamérica, mientras la autora cursaba el cuarto año de la carrera de Bellas Artes en Santiago de Chile o viajaba por Perú y Bolivia.

Leire Olkotz parece envuelta en un sol permanente que le otorga un brillo especial y dotada de una mirada limpia. Acaba de terminar Bellas Artes en Sevilla y el pasado año, estudió el cuarto curso en Santiago de Chile, después de haber realizado los primeros cursos en la Universidad de Leioa. Leire afirma que su mayor interés artístico es la escultura pero no puede ocultar sus dotes para el dibujo, la escritura o la fotografía. Lo que Leire Olkotz ofrece en la Casa de Cultura es parte del trabajo efectuado en Santiago de Chile y el producto de sus viajes por Latinoamérica. Belleza pura y sensibilidad extrema.



Aunque parezca un tópico, para formarse como artista, hay que poseer una mirada muy despierta para poder captar tanto lo que llega desde el mundo exterior como lo que se gesta en nuestro interior; esa fuerza invisible que invita a convertir cada estímulo en una expresión individual de la vida y brindarla a los demás como un don, una ofrenda.

Leire Olkotz, además de ese brillo y esa mirada, posee el entusiasmo de la juventud donde la palabra, el trazo, el color o la forma, son elementos de intercambio y una manera de aportar a la sociedad una hebra de luz propia. En uno de sus poemas, -a su vez una poética- dice:

"Si tuviera que definirme
lo haría primero
rompiendo las cadenas
de mi existencia,
adentrándome
en la jungla sensorial
de mis instintos,
elevando mi intelecto
a la categoría de
OBRA DE ARTE
-latente-
y mi corazón
a OBJETO DE DESEO
-masivo-.

Si tuviera que definirme,
arrojaría los miedos
por la borda
de mi azotea sísmica,
cincelaría mi silueta
a brochazos invisibles
en la cara vista
de la luna,
dejándole la oculta
al sol;
abrazaría mis noches
para acercarme
a las estrellas
y mimaría mis labios
con besos de roja flor".

Sus propias palabras la reflejan mejor de lo que se puede escribir sobre ella o su obra.



Las fotografías de niñas, niños, mujeres y algún hombre, que cuelgan en la sala La Rentería, ofrecen al espectador imágenes de un mundo que ya se conoce y que sin embargo, al estar tan lleno de matices, siempre descubre algo nuevo. La manita de un niño, con las líneas de la mano tan visibles como el mapa de sus sueños o la raíz de su pobreza. Las miradas. Miradas vivas y colores en los atuendos. Las mujeres que se encuentran con sus gestos de vida cotidiana.

"La fotografía es
la materialización
de un instante,
la cristalización
de un silencio,
el recuerdo latente
del olvido,
la ruptura
-imposible-
del tiempo.

La fotografía
redefine el espacio
alterando el intelecto,
reinventa realidades
y se nutre de momentos.
La fotografía es
el vínculo
-imaginario-
con la realidad,
el fluir energético
de un instante
-extraviado-,
la relación
que se establece
entre el fotógrafo
y lo fotografiado.
La fotografía es
el paso de la historia
como realidad
al instante de ficción,
la existencia propia
del instante retratado.

La fotografía es
esa parte del
inconsciente colectivo
invisible y olvidada,
que se constituye
como suceso
cuando pasa a ser
individual y
personalizada".

Leire Olkotz, además de ejecutar, convierte en palabras coherentes y expresivas sus ideas. Mujer joven y lúcida, en su "primera exposición individual" ya se adivina una larga e intensa trayectoria artística. Con el lenguaje del alma. Y la transparencia.

*Artículo publicado en la página web del Ayuntamiento de Tafalla
( www.tafalla.es)