abismo
en sus abrazos,
tragedia
en su piel,
tragedia
en su piel,
llegando incluso
a desembocar
en la negrura
extrema
de los besos
sin aire.
Dinamitando
el tiempo
regresé
a la serenidad
que -sólo-
me conceden
las palabras,
a este estado
catártico
donde nada
me puede
oxidar"
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