"Tengo todaví(d)a en mis manos,
el tacto de tu piel.
Los violines en la risa y el infarto
donde comenzó a tejerse nuestra historia.
La que mate será castigada como homicida
-según el Artículo 138 del Código Penal-.
Yo intento retener el tiempo
para que no me sangre tu ausencia de árbol
transformado en palabra muda y áspera.
Tan de aire.
Como el sonido sordo
de las cosas que no dejan rastro".
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