CON E DE ENTRAÑABLE




Las abuelas son de esos seres que, por el mero hecho de ser, ya son entrañables.

No sé, me pongo a Pensar en mis abuelas, en las de mis primos, en las de mis amigas....y casi todas, por no decir todas, lo son.

Son señoras, venidas a más, curtidas por el paso de los años y entrañables, porque el tiempo suaviza hasta la más áspera de las personalidades.

Aunque a veces mi abuela me enfade, he de admitir que la quiero con lokura. Mi abuela, a decir verdad, tiene una personalidad indomable y dificilmente "suavizable", es terca como una mula (quizás de ahí me venga mi cabezoneria) pero la edad la convierte un ser adorable, a pesar de todo.

El otro día, cuando llevé a casa mi último cuadro,me dijo...."cuándo vas a pintarme a mi?" y me faltó el aire para hacerlo.

Busqué una foto y me puse a ello. Aproveché que tenía que pintar un retrato para la clase de realismo y pensé que...quién mejor que mi abuela.

Así que así lo hice, y éste fue el resultado.

Mi abuela no es muy expresiva, todo hay que decirlo. Le cuesta decir que te quiere, o que te echa de menos, que estás guapa, o que el retrato está de miedo. Pero yo lo vi, supe leer en sus ojos la admiración que su propio "yo" le había causado. Era ella, pintada con sumo con gusto y ternura, con el sentimiento con que sólo su nieta podría haberlo hecho.

Pude saborear la victoria, la victoria de verla feliz, la victoria que para ella suponía haber sido retratada por su única nieta.

1 comentario:

J. dijo...

Las mujeres, al hacerse abuelas, redoblan su conocimiento -antes han sido madres-. Su visión del mundo es amplia y saben distinguir lo importante de lo prescindible. El tiempo pasa factura, claro, a los nervios, al humor. Pero nunca se equivocan a la hora de lanzar una sonrisa.