ÉL.ELLA


Javi, él es el culpable de todo ésto. Un día me dió su dirección de blog, y ahora creo que invierto casi más tiempo que él en ésto.

Javi, mi padrino de BLOG, y quien me mantiene más que distraida con sus libros, o mejor dicho, super entretenida.

Primero fue "El palacio de la Luna" de Paul Auster, después la poesía de Ángel González, más tarde Sergi Pámies y ahora Ray Loriga.

Ayer, mientras hablaba con él de ese trozo de historia del libro de Pámies que tanto me habia gustado y que publiqué ayer en el blog, me contó que a el le gustó tanto también , que le sirvió de inspiración para escribir un relato corto para un concurso de El Pais.

Quedó finalista.

Hoy, le abro un hueco en mi blog, porque se lo tiene más que merecido.

Ahí va este relato alucinante.

Ella. El

1

Y cuando ella dijo sí, quiero, a él se le escurrió la alianza entre los dedos sudorosos. Atravesando el inmenso pasillo de la iglesia, sorteando los pétalos blancos de rosa, el aro labrado en oro se coló por el hueco abierto del portón, elevándose después hacia el cielo de Girona.



2

Llevaban sentados toda la eternidad a la sombra de un toldo en la terraza de un bar imposible. El silencio del atardecer ahogaba sus miradas que parecían evitar encontrarse. Él no sabía decirlo. Ella sabía que él no lo diría nunca. Ahora, él se miraba los zapatos; Ahora, ella se miraba los dedos de las manos. Algo rebotó contra el toldo y cayó haciendo añicos la taza de ella: una alianza labrada en oro. Ninguno de los dos quiso darse cuenta, o ninguno de los dos quiso querer darse cuenta. Ella preguntó:

- ¿En qué piensas?

- Nada.

- A veces te pierdes y te pierdo cuando piensas y dices “Nada”.

El se retrepó en la silla mientras hacía un canuto con uno de los envoltorios del azúcar. Intentó decirlo. Quería decirlo. Era el momento de decirlo. Pero sólo resopló, repitiendo aquellas tres malditas palabras: yo qué sé.

1 comentario:

J. dijo...

Me alegra que te gustase el cuento. Tiene magia. La verdad.